Portadas de Libros y Diseño de Portadas

Publicado el 02-27-2014 por el Admón

Tapas autoadhesivas

Las tapas autoadhesivas se producen con el mismo material que el cuerpo del libro y generalmente transmiten parte del mensaje de la obra. Los periódicos y algunas revistas utilizan tapas autoadhesivas. Este método no requiere técnicas especiales para ensamblar o unir la tapa al cuerpo de la obra. El proceso generalmente se limita a técnicas de encuadernación menos costosas, como la encuadernación con alambre o de montaje.

Tapas blandas

Las tapas blandas están hechas de papel o material de fibra de papel con mayor consistencia que el utilizado para el cuerpo del libro. Las tapas blandas también transmiten parte del mensaje de la obra. Están diseñadas para llamar la atención y proporcionar una ligera protección temporal. Los libros de bolsillo son un ejemplo de su uso. Las tapas blandas pueden pegarse en su lugar, como en la encuadernación perfecta, o pueden unirse mediante cosido o costura. Las tapas generalmente se cortan al ras con las páginas del libro.

Tapas de tapa dura

Una tapa de tapa dura es una tapa rígida que generalmente se asocia con una encuadernación de alta calidad. Las tapas se producen por separado del resto del libro y están formadas por una placa gruesa de fibra pegada a cuero, tela o algún tipo de papel impregnado resistente a la humedad. Una tapa de tapa dura se extiende más allá del borde del cuerpo del libro, aproximadamente 1/8 de pulgada (0,32 cm). Este "doblez" proporciona protección adicional para las páginas cerradas.

Para encuadernar un libro con tapa dura, se necesitan varias operaciones, llamadas preparación. Primero, se recortan los cuadernillos, generalmente utilizando un dispositivo de tres cuchillas que corta los tres lados abiertos en un solo movimiento. Luego, se redondea el borde o borde de fijación del libro. El redondeo le da al libro un aspecto atractivo y mantiene las páginas dentro del doblez de la tapa. El respaldo se realiza sujetando el libro redondeado en su lugar y ensanchando los bordes fijados de los cuadernillos. El propósito del respaldo es hacer permanente la operación de redondeo y proporcionar un borde para la tapa de tapa dura. A continuación, el libro pasa por un proceso de "alineación", que consiste en pegar una capa de gasa (llamada "crash") y tiras de papel (llamadas "papel de respaldo") en el borde respaldado. El crash y el papel de respaldo se pegan posteriormente a la tapa y brindan soporte adicional al libro. Una cinta de cabecera es una cinta decorativa que se puede pegar en la parte superior e inferior del dorso del libro para dar una apariencia agradable. Esto no siempre se hace. Todo el proceso de preparación se puede completar con equipos automáticos.

La carcasa real está hecha de dos piezas de cartón grueso pegadas a la tela de cobertura. La tela puede ser impresa antes de pegarse al cartón o después mediante procesos como estampado en relieve o serigrafía. El cartón se corta de manera que la pieza se extienda sobre el cuerpo del libro al menos 1/8 de pulgada (0,32 cm) en cada borde abierto y no toque la cresta respaldada por la misma distancia. La tela se corta lo suficientemente grande como para cubrir completamente un lado de ambos cartones y se extienda alrededor de los bordes al menos 1/2 pulgada (1,27 cm). Las posiciones de los dos cartones en la tela son críticas y deben controlarse cuidadosamente. Existen equipos automáticos que cortan tanto el cartón como la tela y unen las dos piezas en sus posiciones adecuadas.

El proceso final de unir el libro preparado con la carcasa se llama ensamblado. Ambos se unen mediante dos hojas llamadas hojas de guarda. Las hojas de guarda pueden ser las hojas externas de los primeros y últimos cuadernillos o pueden ser piezas especiales unidas a las páginas durante las operaciones de montaje y fijación.

Para ensamblar un libro, las hojas de guarda se recubren con pegamento, se coloca la carcasa en su lugar y se aplica presión. La presión debe mantenerse hasta que el adhesivo esté seco. Tradicionalmente, esto se lograba apilando los libros entre tablas especiales de "construcción" (Figura 6-15). Esta técnica se ha ido reemplazando gradualmente por adhesivos especiales que se secan en cuestión de segundos a medida que las hojas de guarda entran en contacto con la carcasa.

Cuando el libro está completo, puede ser encapuchado (colocado en una cubierta protectora de papel) o empaquetado y entregado al cliente. Existen equipos que encuadernan automáticamente los libros desde las operaciones de preparación hasta los pasos finales de sellado y etiquetado de las fundas utilizadas para enviar el producto final.

Diseño de la Cubierta

El diseño de la cubierta se ve limitado de muchas formas. Cuando se va a reencuadernar un libro, se debe considerar su naturaleza y su período, ya sea que se encuentre en los últimos cinco siglos que abarca el oficio. También se deben tener en cuenta los deseos del propietario, aunque puedan entrar en conflicto con el mejor juicio del encuadernador, ya que incluso un artesano de renombre nacional rara vez se siente capaz de rechazar un encargo valioso.

Solo cuando el encuadernador diseñador tiene completa libertad de expresión, este diseño puede ser verdaderamente personal.

Con libros antiguos, se deben respetar las tradiciones de diseño; no se sugiere simplemente copiar, pero el diseño debe estar en consonancia con el libro y ser compatible con su período; cualquier cosa completamente fuera de período es inaceptable.

La decoración de las cubiertas

Los patrones decorativos que consisten en arreglos geométricos de líneas, goivas y herramientas de unidades más pequeñas, que son demasiado intrincados para ser grabados directamente en el cuero, deben tener patrones de trabajo preparados. Se corta un papel de banco resistente y delgado del tamaño exacto de la cubierta y las herramientas se graban en negro, después de que la cara de cada una haya sido expuesta a la llama de una vela, lo que deja un depósito de carbono en ella. A veces es conveniente dividir la superficie de la cubierta en partes geométricas iguales doblando el papel a lo largo y a lo ancho, marcando pliegues y trazando líneas ligeras con un lápiz. Si se visualiza un símbolo central, el segundo pliegue se hará en la banda central del lomo, lo que dará un centro óptico. A partir de estos pliegues se pueden hacer divisiones adicionales para producir áreas rectangulares o, si se desean formas romboidales, se pueden hacer trazando líneas desde las esquinas de los cuatro rectángulos ya marcados. Al trazar líneas que bisectan las diagonales donde se cruzan, el papel del patrón se divide aún más. A partir de estas líneas guía, se pueden construir patrones repetidos según el gusto del acabador.

La tipografía cuidadosamente planificada puede ser muy efectiva en la cubierta de una encuadernación de cuero completo, ya sea como un borde en los cuatro lados o como un elemento central, posiblemente realzado por el uso juicioso de unidades simples dispuestas alrededor para formar un círculo, óvalo u otra forma. Douglas Cockerell fue supremo en el uso controlado y elegante de líneas y goivas entrelazadas con formas de hojas y flores; por encima de todo, utilizaba el espacio para acentuar su patrón. Aunque cada generación debe tener la libertad de expresarse como desee, la belleza, de cualquier período, siempre será una alegría eterna.

"Expresivo" es el término utilizado en esta segunda mitad del siglo XX para describir el diseño de encuadernación que ya no está sujeto a ayer. Al igual que el artista, el encuadernador diseñador utiliza formas abstractas, a menudo con un efecto emocionante. Sus diseños a menudo cubren toda la cubierta del libro, y sin embargo, cada área separada, la cubierta trasera y delantera y el lomo, siguen siendo individualmente completas en sí mismas.